
Esta incertidumbre permanente de la confusión… estas barreras ilimitadas entre el suelo y el cielo como estado de constante suspenso y ambiguedad contribuyen, permanentemente, a vernos reducidos a la intensa aventura de lo insípido.
Sin embargo el tiempo que nos tiene engañados con conveniencias ordinarias se olvida (una de sus características peligrosas) del Amor.
Alguien escribió alguna vez… “es ineludible el camino que el río recorre para ser mar”.
Somos como el agua… habitando el cielo y la tierra… somos la sangre de la tierra… instrumento y manifiesto en todo lo que crece y una única preocupación… no descuidar el “como” para que la respuesta no lastime con un “cuándo?” porque la vida nos sucede en un pentagrama poblado de instantes…
CARMEN DEL BLANCO
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