
Y se esfumó la próspera dulzura
de los años menos viejos ...
reverencia a la fuente sagrada
incondicional y conciliadora.
Será, quizás, el fin de los tiempos
el abandono reservado
a los bizarros de la oración?
Todo está tan enredado
que siento miedo del desencuentro constante
y escogido de ruptura y negación.
Agitaciones hostiles
que violentan la fatiga
del que busca enlutado
los arraigos y dobleces
que enloquecen a la razón.
Aquí todo está tan encrispado
que tengo miedo
de nuestro ingenio ...
para callarnos.
autor: Carmen del Blanco
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