
Las preguntas humanas no pueden encontrarse a gusto con el Amor.
Vanalidades perfectas que lo evaden con el despilfarro de libertades presas de vacíos existenciales. Se piensa en la revolución o se busca el gran Amor… canto solitario y desdeñoso atormentado con la inquieta búsqueda de lo sublime.
“Oh, sueño… verdad sin la certeza de memoria…” decía Shakespeare en “La Tempestad”.
Esta negación a la certeza de que haya una respuesta… esta presencia de la pura libertad es “la esperanza impotente” del desdichado.
Aún así la tristeza se pregunta… “porqué lo esperamos…”
El, guarda en rehén todos mis sueños
Decía Joyce que las palabras de Hamlet ponen a nuestro espíritu en contacto con la sabiduría eterna… ser el fuego sobre el altar y encontrarlo como la manteca del sacrificio…
Diminutos signos en el universo de los sentidos desvaneciendo la ausencia de la presencia.
…entrar en el mundo de los sueños…
… y no poderme mirar…
… en tus ojos…
CARMEN DEL BLANCO
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