De fuertes, de buenos, de bellos espíritus quiere La Fuerza continuar su bien.
No inventa nada, no se ofende, sino más fuerza posee en la razón.
Su pensamiento incomparable es naturaleza de valor y voluntad.
Aritmética sensación que nos enseña desde las misteriosas ecuaciones del amor,
lo que es justo sea fuerte y lo que es fuerte sea justo.
Y prevenida toda esperanza de la Fe por la grandeza de su Bien,
sea dichosa, allí donde existe una razón verdadera.
No digo esto por el celo piadoso de una devoción espiritual
sino por un sentimiento de satisfacción verdadera,
abrazando la vida a pesar de las miserias.
Objeción de los ateos o filósofos mortales discutiendo la inmortalidad de Roma?
CARMEN DEL BLANCO