El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan... demasiado rápido para aquellos que temen.... demasiado largo para aquellos que sufren.... demasiado corto para aquellos que celebran... pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno. — (Henry Van Dyke)

miércoles, 24 de abril de 2013

A MI MISMA






Apagada palpita la voz desoida, en la barca del desaliento. He buscado como remero incondicional la orilla de la esperanza y la rapidez de la corriente, impiadosa, me desarma. Percibir el consuelo fecunda la estación de las lluvias y confesar los pesares, sin permiso, me adoctrina a detenerme penosa y triste. Atraida por la desdicha, que me cuestiona y me limita...
Si el arte es vida, tambien es muerte coronandola... amables mudos silencios que al devenir sus prodigiosos pasos, frecuenta la agonía.
Y es desde esta orgullosa impertinencia que me digo, paciencia..., y riete de mi, apropiada noche.
Ya sin voluntad espero las faccioes del dolor, míseras y pobres preocupaciones vaciando la imaginación.
Ahora lo se, no sólo porque me lo enseñaron, sino porque lo han visto mis ojos, mi corazón y la mullida voluptuosidad de la desesperación.


CARMEN DEL BLANCO












sábado, 20 de abril de 2013

AL OTRO LADO DEL ESPEJO







Extraña masa, los pensamientos... Legión de abejas o incendio de bosques, internados en el laberinto de las emociones. Lenguas sonoras desde el intemporal, no-ser.
Qué es la realidad, si el tiempo tampoco existe... Comencé a respirar con dificultad..., de pronto, mi propia inmensidad, lo enardecía todo, sin respuestas. En un instante fue noche cerrada y sumergida en el silencio del que nada espera, un viento de estrellas cruzó nuestros caminos. Sinuosa danza de la música interior, donde el espacio, por primera vez, la escucha.


CARMEN DEL BLANCO