El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan... demasiado rápido para aquellos que temen.... demasiado largo para aquellos que sufren.... demasiado corto para aquellos que celebran... pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno. — (Henry Van Dyke)

sábado, 21 de noviembre de 2009

ESPERARSE EN LOS LIMITES DE LA LLEGADA




Entre tanto querer comprender el fenómeno de los sentimientos me quedé sin entender la razón. Insufribles posibilidades de un ser-ahí reclutado para el desencanto. Donde vivencias paralelas regulan la aversión sistemática intentando construir de a pedacitos el colage de la mundanidad cotidiana que nos encuentra reunidos por aspectos diferentes encubriendo las mismas funestas ambiciones. Sueños que las pasiones desorientadas disciplinan para destrozar las voluntades más puras. Despojos en el tiempo...

Y me doy cuenta que la nada existe, abatida, preparándose a través de los poderes para aquilatar grados posibles.

Y en este procurar lo improcurable que temple a la armonía me impulso a ver, temiendo, la impertinencia del propio ser.

Mi existencia, de repente, sobrepasa cualquier otra certeza, cuando se imagina hacia su posibilidad extrema, la de la muerte. Donde no hay quien planifique y la cotidianeidad recupera los descuidos.

Cuánto durará, todavía, determinar el tiempo indeterminado?
Cuántas infelices preguntas se perderán en los propósitos?


CARMEN DEL BLANCO

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