
Alguna vez alguien dijo que donde hay amor, sobran las leyes...
Vivimos asfixiados de pobreza mental. Y es lamentable la dura oscuridad del obsecuente que por falta de recursos yanta a la sombra del bárbaro, esperando que las leyes lo amparen. Mientras tanto el temerario agiliza la osamenta, ufano y ultrajante, con total desparpajo, a pecho inflado, impulsando a la soberbia, con arrogante altanería. Quién defiende al inocente?... Quién conspira contra la vida?... Quién se atreve a luchar por una existencia comprometida con el prójimo?... Estamos destinados a un mundo arrasado por el egoismo?... Tan anestesiados que sin fuerzas, los despropósitos nos tienen sin cuidado ...
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