
Por encima de los nombres, enarbola la palabra. Que son lágrimas de alegría o de tristeza. Sensaciones amorosas, temáticamente distintas, canonizan la fusión de manera sublime. Es entonces cuando las mariposas revolotean en el estómago bajo los excesos que la vista avista. Y aunque no siempre la ilusión nos devuelve la sonrisa, nos cuesta pararnos a pensar en lo inesperadamente triste. Porque celebrar el amor, implica contratar a la tristeza. Registros íntimos de la experiencia, atendiendo formatos singulares. Es el sentimiento traducido al nombre de la palabra más deseada: amor. Precedido de sordera, genéticamente comprobada, que comenzó alguna vez con la demanda social ...
La vida son muchos decimales y pocos números enteros. De algo estoy segura: Atareados y sin trastos, los destrozos no tienen cintura ...
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