
Todo me preocupa... y no me alcanza con decirlo. Me cuesta entender que todavía se traigan niños donde cuesta encontrar amor. Porque en la ausencia de valores, pareciera que lo único que importan son los trofeos. En un mundo hipercompetitivo manipulado por los excesos. Donde un polvo es más importante que un hijo y vivir corriendo más entretenido que ocuparnos de lo que hicimos.
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