El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan... demasiado rápido para aquellos que temen.... demasiado largo para aquellos que sufren.... demasiado corto para aquellos que celebran... pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno. — (Henry Van Dyke)

viernes, 8 de abril de 2011

22 DE SEPTIEMBRE DE 2010



Decía José Sebreli... "Es sintomático que los miembros de las clases altas que pueden encontrar, por su ubicación social, gratificación en el ejercicio del mando, en el reconocimiento de prestigio por los demás, en el goce de los bienes materiales, necesiten mucho menos que los asalariados recurrir al fanatismo deportivo para afirmar su personalidad. A la clase alta sólo le cabe ser dirigente del club de futbol. Al hincha, que en su mayoría es un asalariado, al margen de todo poder político o económico, sin la menor posibilidad de decidir sobre nada ni siquiera sobre sí mismo, la adhesión a un club le otorga el ilusorio orgullo de pertenecer a una elite poderosa."

Mientras tanto, El pateaba la validez de la superioridad ganando honores con el éxito de los descuidos. La necesidad del éxito lo volvió incapaz de reconocerse a sí mismo y el vacío fue mi compañero.
Dibujaba en las piruetas la identidad autoritaria, racista y xenofóbica. Justamente El, a quien mi enamoramiento adolescente oficiaba de escudo contra todo y contra todos. Me preguntaba qué había sido de la camaradería y la confianza que un espíritu disciplinado ejercita?...
Presa de múltiples atropellos, el desenlace fue un resultado previsto...

Finalmente llegaron los ejercicios judiciales y se labraron actas... letras gigantes cruzando dos historias... SERA JUSTICIA... certificando la gravedad de las jugadas que durante años fueron inconfesables por temor a la avalancha.
Treinta y tres años (33) de desaciertos psicológicos justificando lo injustificable... la violencia... el elemento principal... una selección de quebrantadas ilusiones pretendiendo enmascarar el rechazo con el soborno... ESE fue el peor de los insultos... el amor no se compra... se entrega, desinteresadamente...

Qué me quedó de todo ésto?... NUNCA MAS. La sublimación de los impulsos marcó mi destino conociendo los secretos de la vida desde la tristeza, mi gran compañera.
Ahora sólo sé que me espera soledad y para ella estoy trabajando.
Decididamente puedo pensar en mi..., por primera vez...

CARMEN DEL BLANCO

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