El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan... demasiado rápido para aquellos que temen.... demasiado largo para aquellos que sufren.... demasiado corto para aquellos que celebran... pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno. — (Henry Van Dyke)

miércoles, 24 de abril de 2013

A MI MISMA






Apagada palpita la voz desoida, en la barca del desaliento. He buscado como remero incondicional la orilla de la esperanza y la rapidez de la corriente, impiadosa, me desarma. Percibir el consuelo fecunda la estación de las lluvias y confesar los pesares, sin permiso, me adoctrina a detenerme penosa y triste. Atraida por la desdicha, que me cuestiona y me limita...
Si el arte es vida, tambien es muerte coronandola... amables mudos silencios que al devenir sus prodigiosos pasos, frecuenta la agonía.
Y es desde esta orgullosa impertinencia que me digo, paciencia..., y riete de mi, apropiada noche.
Ya sin voluntad espero las faccioes del dolor, míseras y pobres preocupaciones vaciando la imaginación.
Ahora lo se, no sólo porque me lo enseñaron, sino porque lo han visto mis ojos, mi corazón y la mullida voluptuosidad de la desesperación.


CARMEN DEL BLANCO












2 comentarios:

Jorge Curinao dijo...

Jamás desesperes.

Carmen del Blanco dijo...

Dicen que preocuparse está permitido, desesperarse, no. Sin embargo aún sabiéndolo, tuve un día lluvioso.
Gracias Jorge, muchísimas gracias.
Un abrazo.