Siempre existe alguna otra explicación, posible, de los hechos. Un equilibrio entre dos razones. Un evangelio capaz de frecuentarnos, indiscriminadamente, para precisar la palabra "respuesta". Ese establecer de situaciones juzgando resultados... criterios que por si mismos no es posible que nos sean dados para ahuyentar al silencio y la tristeza.
Silencio y tristeza... seducen a buen precio... beben todas las horas y escriben, contentas de sí mismas, la existencia de bucear en la memoria la ternura que decían y no dicen... procesar de los filósofos en virtud de ignorar, ignorar, ignorar...
Porqué la soledad reanima el esfuerzo de endurecer el vacío de la voluntad?...
Esta condena de la omnipotencia de aquello que más se ama...
Esta ausencia a consentir de su albedrío...
Este nuevo trato del miedo a la felicidad, matando... cuando morir es alegría y por ella se va la vida, fuente de recelos naturales... viento entre las hojas esperando urgar el gozo de plasmar aquel "te quiero".
Miedo... túnel de la dicha tan viva y pudibunda... curva imprevisible del deseo de vivir amando el destino de la respuesta.
Será por eso que el amor es ciego y la locura lo acompaña?
... será?...
CARMEN DEL BLANCO
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