El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan... demasiado rápido para aquellos que temen.... demasiado largo para aquellos que sufren.... demasiado corto para aquellos que celebran... pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno. — (Henry Van Dyke)

domingo, 1 de noviembre de 2009

ELLA...




Vivía de sus arrebatos... como el de aquel día... el de subir a un colectivo... primera vez en Buenos Aires. Le encantaba Lily Pons... y decidió que aquellos pasajeros estaban demasiado calmos... siendo tan pocos, aterrorizaba congeniar sus realidades.

Fue para mi, conmoción interior... inmovilidad que conquistó el arte de vencer el abandono de tener que recurrir a la obediencia. Sí... ya lo sé... menuda sinvergüenza era yo... con los ojos enhebraba la inocencia del mundo, descubriendo que la vida es una comedia... calamitosa.

Hablábamos "hasta por los codos", enfebrecida por salirme con la mía, razón de sus enojos y nobleza siciliana... porque había que hacerlo todo sin chistar.

Nos sentamos en el fondo... todos estaban sentados. Ella y yo nos ubicamos en dos lugares contigüos, justo en el medio. Mi madre y mi hermano en uno de dos... teníamos cuatro y cinco años... yo, la mayor.
De qué valía elucubrar en los misterios de Dios si en aquel momento me estaba divirtiendo y los pasajeros se miraban empeñados en creer que estaba loca...
... igual que mi madre, incrustándole los ojos, circunspecta.
Le encantaba la ópera, llenaba su alma y me dijo, después de entonar algún acorde..."que gente tan aburrida... y a tu madre... ni me la nombres... no parece hija mía..."

Era traviesa, mi abuela... nuestras buenas peleas hemos tenido... como dice una tía mía... no hemos podido dejar de querernos porque somos parte de un mismo átomo.
Replicó, constantemente, mis razones. Ella me quería y yo no me dejaba... MANDAR.
Llegué a pensar que me odiaba y fueron los años quienes partieron la hostia de nuestra comunión...

... me enseñó a amar la poesía...

... finalmente le gané...

... el cariño y la confianza...

... así de fácil...


CARMEN DEL BLANCO

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