El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan... demasiado rápido para aquellos que temen.... demasiado largo para aquellos que sufren.... demasiado corto para aquellos que celebran... pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno. — (Henry Van Dyke)

domingo, 8 de noviembre de 2009

LABERINTOS DE LA MEMORIA




Caminaban sus pies, costras desnudas, por donde la profunda oscuridad sacudía la memoria. Fue su presencia como la sombra de una gaviota describiendo la curva. Fe ciega extendiendo las manos... ceremonia del lenguaje cuidando las horas del asalto y el discurso. Ninguna partícula de la cabeza debía extraviarse después de morder la impotencia... Mirada vacilante...

Mil destinos inútiles satisfaciendo la victoria del adversario.
Somos la suma de nuestros recuerdos...
Envejecida mansedumbre que se levantaría con el arte de evaporar el rencor.

Más desarmados nos sentimos en presencia de la injusticia, más poseen las manos cerradas el ideal soberano de la calma anticipando el gesto mágico. La espada y el puño se completan en el ceremonial de la condena contra las leyes escenciales... inquietante resistencia al dolor en este vacío no sugerido que de pronto otro recuerdo desde cualquier razón responsable de hacer ningún reproche, espera inevitablemente la resignación.

Podría decirse que es un recuerdo furtivo en busca de piedad... Sin embargo amar es penetrante destino del alma... Hambre de silencios y eternidad...
Secretos de un beso...

Cuando en estos dominios que nos están destinados, el amor nace, Dios debe de haber sonreído en alguna parte... despertó al amor y no se quiere dormir...


CARMEN DEL BLANCO

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