El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan... demasiado rápido para aquellos que temen.... demasiado largo para aquellos que sufren.... demasiado corto para aquellos que celebran... pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno. — (Henry Van Dyke)

domingo, 8 de noviembre de 2009

HOY ESTOY ASI ...



Qué me sucede Señor ???...

También yo estoy desorientada... recibí de manera inocente su carta. Impulsada desde esta soledad que me resigna a esperarlo y amanecer con la intimidad de no poderlo tocar y llorarlo casi sin darme cuenta simulando conciliar el sociego de disimular el miedo a la oscuridad. La música de relojes palpita en mi pensamiento, esclava del tiempo y las esperas... oyendo a mi cerebro enloquecer de dudas... irresistible imán que puso en vos mi adoración.

He quedado sin aliento leyendo con desesperación el dolor de su corazón. Nuestro corazón. No medí las consecuencias. Estoy muriendo de frío.

Dígame usted en qué me he convertido?...

Su lejana voz amortecida como una serpiente de grillos me viste de pena y alegría.

Dígame usted en qué me he convertido?...

Fue en ese recorte de semanas cuando usted hablándome de amor, me traicionaba... Cómo se hace para ser feliz cuando la tierra hospedaba mi alma y mis versos deambulaban como fantasmas arrastrando la gloria de los necios? Sus dulces perfecciones me humillaron...

Dígame usted en qué me he convertido?...

Usted desconoce el cielo que acompaña mis sueños... quizás le resulte monstruosa... aún enamorada yo ansío su felicidad, sin egoismos aunque para ello deba guerrear con la tristeza de no ser correspondida.

Mi silencio en aquel recorte de semanas se debió a la pena de encontrarlo enamorado, pero no de mi... hundiéndome en el abismo de un dolor tan fuerte que temí por mi equilibrio. Mi desorden fue brutal como la vergüenza de sentirme burlada. Vacilaba mi espíritu... rondando en el silencio infinito, helado y mudo.

Yo esperaba la delicadeza de sus palabras robadas a la cordura como gentileza al amor que ya no sentía.

Esgrimí sublimes letanías en la confianza de que el cielo surcara la espera para dejar impreso el respeto que siempre le tuve y le tengo... y en el umbral del misterio doloroso, me alejé...

Acaso yo sabría que Dios me embriagaría con su amor, nuevamente?...

Quise entenderlo... su historia cargada de tristes episodios respiraba sin consuelo pérdidas del alma y cuando aquel día me dijo... "Hoy estoy así..." no íba a soportar otro desvío y preferí olvidar... convencerme de olvidar el amor que le tengo... y no he podido...

Por este inmenso amor lo he herido y mi mayor dolor... es mi alegría de saberlo herido...

Dígame usted en qué me he convertido?...

TE AMO


CARMEN DEL BLANCO

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