El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan... demasiado rápido para aquellos que temen.... demasiado largo para aquellos que sufren.... demasiado corto para aquellos que celebran... pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno. — (Henry Van Dyke)

jueves, 19 de noviembre de 2009

JUGANDO CON LAS PALOMAS




Dicen que la música es el arte de combinar los sonidos y yo digo que la lengua, el de las palabras, encendiendo el alma u oscureciendo quiméricos vocablos. Lo cierto es que agrupadas no pasan la frontera de las emociones sin develar la causa de los insomnios. Un montón de instantes donde el juego de las interpretaciones se adueña del alma hilando metáforas empeñadas en los grandes devaneos. Tiempo y paciencia prolijando sentimientos, discurriendo los porqués...


Inclinando la cabeza ofreció su misteriosa quietud.

- La mujer que acaba de morir, era mi amor.

El sacerdote no preguntó nada más..., la conocía. Acostumbraba tener largas charlas acerca de la conciencia y del inconciente. Ese colectivo que aplasta realidades persiguiendo errabundos estridentes deshabilitando corazones, monstruosa candidez de los desesperados.
La tumba en el bolsillo autorizaba la prueba concluyente del verdadero misterio..., escocés de rocas sin gaitas. Laberinto sin ambiciones heredando el destino secreto de la nobleza. Simple casualidad del paisaje o brillante artificio contemplando el estuche de la tristeza?

Valentín trató de extremar los cuidados. Empalideció al internarse en la casa. Atraido por las voces, aquellas amorosas incensateces, lo irritaban de curiosidad. Y articulando silencios se enfrascó en su dolor contemplando a los demás, indignado. Lo único que lo distraía de la penumbra. Aquella manera de abandonar la pena había aniquilado la conversación, desocupando el silencio la copa de los árboles zamarreadas por un viento helado. Me refiero a esa virtud sencilla de amar..., borrosas facciones que las lágrimas precisan para ambicionar nostalgias y luego desaparecer...

- Perdone - acercó alguien - cree usted en la maldad del orgullo?...

Tembloroso y más horrible continuó con seriedad.

- Mi otra razón...

Estaba completamente tranquilo disfrazando estaciones con rasgos de buen samaritano.

- He perdido la fe... pero no lo diga a nadie, me ayudan a vivir... ellos creen que soy fuerte...


CARMEN DEL BLANCO

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